Sintéticamente Mind inn ® se podría describir como una invitación a jugar en la mente para conocer e integrar su totalidad, (tanto consciente cómo inconsciente), con la finalidad de ordenarla y alinearla en virtud de la concreción de una meta, de forma lúdica y amable.
La metodología Mind inn ® se despliega en un tablero de escala humana ,que se juega caminando, con una guía auditiva complementaria; consiguiendo de esta forma una asociación fuerte a la propuesta que cada casillero plantea. Inmersos en un contexto fantasioso, signado por la metáfora, los casilleros nos proponen, por ejemplo, reunirnos con nuestro saboteador o viajar al mañana y ponernos en la piel de nuestro "yo futuro". La mente, al igual que la naturaleza, detesta en vacío y no puede hacer más que imagen de lo que se le sugiere. El inconsciente, al asociarse a la representación mental propuesta en cada espacio, no logra distinguir lo real de lo imaginario, permitiéndonos acceder a información rica y fidedigna, conviertiendose en una gran oportunidad para gestionar las limitaciones y encaminar los pensamientos de manera consciente hacia nuestra meta. En este viaje a futuro antes verbalizado, podremos visualizar, escuchar y sentir cómo se está concretando dicha meta, generando un recuerdo venidero y reconociendo e integrando los pensamientos y emociones a fines a nuestro logro, para eventualmente corregir los desvíos, a los que podamos sucumbir, en nuestro presente. El enfoque recreativo y fantasioso de Mind Inn ® tiene por finalidad desencajar al ego y sacarlo de su estado de alerta y realidad. Esa realidad que tiene más de ilusión que lo que reconoce y que podría ser en muchos casos una mentira disfrazada de verdad.
Así mismo, la metodología comprende a la imaginación, como lo más próximo que podemos estar en este espacio-tiempo de palpar los márgenes del campo cuántico, del campo de todas las posibilidades y por lo tanto es una herramienta maravillosa para elevar el nivel de entendimiento de una experiencia. Cómo decía Einstein, un problema no puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en el que fue creado.
Reduciendo la vida a metáforas cada unidad significativa de nuestra mente se hace más fácilmente abordable. La importancia de esta figura retórica radica en su esencia creadora, permite producir y por lo tanto reconocer un algo extraordinario, mediante la articulación de conceptos simples. Es decir, un poema de amor nos brinda una definición de la emoción más significativa y rotunda, que la palabra "amor" en si misma. Pero las metáforas no son exclusivas de la lingüística, todas aquella unidades significativas que nos compartan, a través de elementos sencillos, un significado que trasciende sus partes constitutivas, pueden ser distinguidas bajo este rótulo. Dentro de este paradigma descrito nos podemos definir y observar como metáforas de nuestra propia historia, podemos tomar distancia de lo que estamos siendo, reconocer algunas de las partes que nos conforman, distinguir la información y alinearla en virtud de lo que queremos estar siendo, para que sea nuestro significado futuro lo que de forma a nuestro presente metafórico. Hay un dicho popular Argentino que ejemplifica esto: “no se le puede pedir peras a un Olmo”. Lo que haga para Ser ese alguien que anhelo, desde el no estar siéndolo, difícilmente dé por resultante eso que deseo; es decir, daré peras cuando esté siendo peral.
Se podría decir que uno de los caminos más cortos hacia la verdad implica re-nacer en nuestro niño interior, dado que ellos se muestran más flexibles y eficientes a la hora de aprender, porque entre otras cuestiones, habitan su mente sin prejuicios, desde la aceptación y por lo tanto, son infinitamente más ágiles a la hora de soltar la información dis-funcional, por que no hay juicios de valor que sustenten los apegos. Una de las dinámicas lúdicas, más rica de los niños es, el juego de roles, ese actuar como si fueran… héroes, o villanos, mamá, o papá… Esta propuesta del como si automáticamente nos conecta con un montón de información consciente e inconsciente que nos permite estar sintiéndonos “ser” según ese rol y su mundo circundante. Sostener el como si fuese un niño durante el juego nos retendrá dentro de los márgenes de lo fantasioso. Concluido el juego actuar, como nuestro yo futuro, nos permitirá alinearnos con nuestro objetivo a cada momento.
Lejos de hacer juicios de valor acerca de lo que pensamos la propuesta se centra en conocernos, aceptarnos, amarnos y gestionarnos; reconociendo nuestros miedos y limitaciones para trascenderlos y vivir finalmente, la vida que anhelamos.
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